jueves, 19 de agosto de 2004

El primer desastre... dedicado a Hipólito

Nunca he escrito una blog. En realidad nunca se me había ocurrido hacerlo hasta hoy. Mi amigo Hipólito me convenció; es fácil, terapéutico y lo mejor de todo gratis, fueron sus persuasivos argumentos. Así que acá estoy, supongo que un poco por darle en el gusto, para retribuir con estos minutos - en los que me estrujo el cerebro buscando escribir algo coherente - su fe en mis capacidades bloguísticas.

Básicamente Hipólito cree que por manejar una prosa decente y estar viviendo en Madrid tengo mucho que contar. Pero la verdad es que mi vida aqui no es tan estimulante como él se la imagina. La mayoría de los amigos que he hecho en estos 6 meses encontraron que Madrid no era tan interesante después de todo y se fueron, y los otros trabajan, tienen depresión o ya no me caen tan bien. Mi cuenta corriente avanza vertiginosamente hacia el temido saldo cero y mis compulsivos atracones de chocolate post romance me tienen convertida en candidata a intérprete de la cuarta parte de Liberen a Willy... Bueno, la palabra romance es un tanto generosa, más bien algunos encuentrillos locos de fin de semana que dejan ese gustito a poco que ya es tan habitué, pero para qué lo vamos a decir así... (aunque creo que acabo de hacerlo). Y no sé si será la cuarta parte la de mi gemela Willy, en realidad mis gustos cinematográficos nunca han tenido mucho que ver con habitantes marinos, pero en fin.
Para empeorar mi situación la tele acá es un asco, realmente vomitiva, y mis mermadas finanzas me impiden acceder a esa maravilla del mundo moderno, de la que alguna vez disfruté, llamada TV cable.
También tenía un departamento espacioso e iluminado y acá me duermo todas las noches con la paranoia de morir aplastada por mi clóset, que está peligrosamente cerca de mi cabeza.
Y tenía el siempre salvador refrigerador de mi madre a dos cuadras de mi casa.
Y ADSL.
Y tina en el baño.
Y una compañera de depto que era como una hermana, lavaba sus platos y compartía conmigo la hora de la teleserie como si fuera un ritual.
Y sabía qué micro tomar, dónde comprarme un porro y dónde encontrar la fruta más barata.
Y vivía con mi hijo.

Pero bueno, la vida no es perfecta. Si lo fuera, lo más probable es que nadie sintiera la necesidad de usar estas cosas intentando así, escribiendo ad honorem, alivianar un poco la pesada carga existencial.


6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Que bien! así me mantengo al tanto de tu vida x esos lados, pero ni te creas que esto te va a librar de mandarnos esos mails larguitos que tanto nos gustan...
1 beso
Caro

12:48 a. m.  
Blogger Barro said...

Bienvenida amigui!, te aseguro que el blog te cambiará la vida. Nada mejor que empezar a verse a uno mismo como el protagonista de la propia fotonovela.
Te estaré leyendo...

3:12 a. m.  
Blogger Barro said...

Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

3:13 a. m.  
Blogger isabelicity said...

Me gusta leerte Vero, así que no lo abandones... prometo que por cada blog tuyo, habrá uno mio... jejeje, que osada.

12:28 a. m.  
Blogger Polilla said...

Justo estaba comentando lo que me encanta leer lo que escribes cuando... paf! Leo algo que me hace llorar. Odio cuando me pasa eso, y odio no estar allá cuando todo eso te está pasando. Me imagino que alguien podría pensar que no es gran cosa, pero te conozco y sé que sí lo es. Animo no más, que "ya voy a por tí"!!

2:05 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cuando necesites atracón de chocolate y porros puedes contar conmigo ... también vivo en Madrid, ciudad sin ley ... (sionaflu@yahoo.es)
Besos
Siona (madrileña que se resiste a irse de su ciudad)

11:11 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home