sábado, 21 de agosto de 2004

Partido a la española...

Hoy estaba viendo el partido de tenis entre Fernando González y el gringo Fish, que aunque no tiene cara de pescado me ha dejando muy tentada de hacer un comentario al respecto. Bueno, en realidad estaba viendo la repetición que dan a las 5 de la mañana, ya que transmitir en directo el partido de un chileno por el que nunca apostaron los comentaristas deportivos de la televisión española no se encuentra entre las prioridades de la siempre ruin y castrante malla programática.
La cosa es que al terminar el partido el comentarista soltó la siguiente frase: Bueno, parece que ahora la final ya no será entre chilenos (con expresión no precisamente compungida, he de agregar), sino entre el potente jugador norteamericano y el verdugo de Carlos Moyá, "Sebastián" Massú.

No tengo ganas en este momento de ponerme a profundizar en las implicancias de una frase –en realidad tres- en apariencia tan simple. Seguramente son muchas, y muy variadas, pero algo, entre medio del sueño que me posee en estas horas vampirescas y que me impide ponerme a cranear elaboradas interpretaciones al respecto, me hace intuir que seguramente éstas confluyen de alguna manera extrañamente enreversada pero armónica, desembocando finalmente en los mismos círculos concéntricos de la telaraña de siempre.

¿Pero saben qué? Todos tenemos momentos felices en la vida, aunque algunos sean tan bobos como llorar de felicidad ante las pantallas de TV que transmiten un juego a muchos kilómetros de distancia, cuyo objeto de nuestras pasiones, además, representa a un país que en este momento me resulta aún más lejano que Grecia (en cuanto al asunto kilométrico, he de aclarar), pero cercano de alguna manera que aún, entre cantos eufóricos de chi chi chi le le le, no consigo descifrar.
Otro momento: el darse cuenta de que entre medio de los huecos de esa tela que nos envuelve con la delicada transparencia de sus hilos, se cuelan las carcajadas, hipidos y gritos emocionados, sin que nada impida que éstas se escuchen y traspasen fronteras. Ya que pocas cosas más pueden hacerlo.

¡¡¡Grande Fernando González!!! Por haber estado a punto de comerte a ese pescadito, pese al dolor de rodilla, a los apalusos miserables del público y a la cara de winner del animal vertebrado acuático de respiración branquial, con extremidades en forma de aletas aptas para la natación y piel cubierta por lo común de escamas. En fin, la cara de siempre de ese pez que no conoce redes y creció nadando libre por los abundantes océanos de norteamerica.
¡¡¡Grande Massú!!! El oro es tuyo, y si no, te queremos igual, porque así somos los chilenos. De hecho te queremos más aún, Sebastián el grande, simplemente porque eres nuestro NICOLÁS.

2 Comments:

Blogger Barro said...

Está increíble el tenis, ya sería bueno que los ejecutivos de la TV española se dieran cuenta. O sea, qué les están mostrando a los españoles?, los saltos en cama elástica????

7:57 p. m.  
Blogger Vero said...

Y cosas peores... y la final de Massú no la piensan transmitir, ni siquiera en las repeticiones de las 5 de la mañana!!!

4:50 p. m.  

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