Cerebro frito al plato


Una vez en mi casa me tiré sobre el amasijo de ropa, cuadernos y papeles que había sobre la cama, los que fui arrojando al suelo en mis escuálidos instantes de mínima energía. 20 años de jaquecas y nunca es menos terrible, y esta vez fue como si mis pensamientos, mis dudas, mis obsesiones, mis miedos y toda esa maraña que me zumba permanentemente se me hubiera apelotonado en la cabeza hasta no dar ya más de sí, como si todo, cansado, implosionara tras mis sienes, fuego derramándose y convirtiéndose en el frío que se me iba hacia afuera a través de la fiebre húmeda que me estremecía.
Hoy desperté 3 veces. La primera como a las 7, con los gritos habituales de Jesús y Pilar, unos niños odiosos del piso de abajo. La única persona a la que he escuchado gritar más que ellos es su madre, y eso es mucho decir, porque ¡qué manera de chillar acá la gente! Y además se dicen cosas espantosas. Unos insultos rebuscadísimos, patéticamente ingeniosos. Al rato Pilar se puso a estudiar flauta, mientras Jesús lloriqueaba porque su hermana se había comido el último pan bimbo y la madre amenazaba con cachetearlos a las dos. Me levanté, cerré la ventana y me miré en el espejo. Estaba verde.
La segunda fue como a las 11. Me sentía mejor pero cansada, cero energía. Como no tenía nada que hacer temprano, me quedé acostada, disfrutando de mis primeras horas sin odiar ser yo. De a poco me fui adormeciendo, con la exquisita sensación de no haber pegado un ojo en 3 días y estar en la más suave y mullida de las camas.
A las 3:30 volvió Pilar del colegio, quejándose con voz de guagua (bebé x si las moscas) porque no le habían metido no sé qué libro en la mochila. Por mí habría seguido ahí, indignamente acostada en medio del desastre, jurando que estaba en mitad de la noche –uno de los "beneficios" del patio interior- pero mi Pepe Grillo me sacó de la cama. 17 horas sin asomarte a la luz, ve a ver que trae el mundo…
3 Comments:
Antes de que me olvide y me ponga a postear sobre otros asuntos, quiero decir que "el mundo" si me trajo cosas, 3 cosas chiquititas pero de esas que me gustan tanto y me hacen extrañar un poquito menos los regaloneos familiares.
Apenas me asomo al msn está Nadia preguntándo cómo había llegado a casa y cómo me sentía, y contándome de la reunión en el bar. Cuando cargo mi teléfono veo dos llamadas perdidas, de Ismael, que volvió a telefonear más tarde para saber qué tal estaba. Al rato es Rebeca la que llama para preguntar... así que gracias chicos, puede parecer algo tonto, pero me alegraron el día.
:)
Tome agua, mucha agua... sabía usted que la deshidratación produce mucho males??? Y la Coca Cola no sirve como reemplazo.
xxx
la inmortalidad del cangrejo... excelente..! hacia años que no habia escuchado, ni menos leido, esa expresion con la cual mi santa abuela nos cagaba la onda cuando, cabros chicos, nos quedabamos ensimismados pensando boludeces.
Un saludo de un (ex) chileno pateperro instalado en Francia.
Cool..!
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