viernes, 15 de octubre de 2004

Paréntesis

Primer día de trabajo.
Pero no me voy a extender ahora. La quedo debiendo. Por mientras sólo unas pinceladas, para que no se me escapen algunas cosas...

Primer día de trabajo y llego tarde.
25 sangrantes y agónicos minutos tarde.
En mi descargo declaro que esta vez no me quedé dormida (como en mi examen de grado, algo de lo que hoy me río pero que en su día casi me produjo un infarto), digamos que fue 99% mala suerte, 1% despiste. Y 1000% de angustia. De hecho, salí con tiempo más que suficiente de mi casa. Creo que ha sido LA madrugación del año. Pero el destino me tenía preparadas algunas sorpresitas...
Direcciones erróneas, una billetera perdida y yo corriendo desbocada, desesperada y desaforadamente por las calles de Madrid. Adiós peinado, maquillaje y el agradable frescor de una buena ducha.
Por suerte cuando llegué Félix, el supervisor, me dijo que no me estresara, que era mi primer día. Y además hice todo lo posible por cambiar esa impresión fatal. Igual maaaaal, maaaaaaaaaaaaaal, pero para qué llorar sobre la leche derramada. Pa’ delante no más.
Además, vendí una alfombra de 150 euros…
Primer día en un lugar enorme, lleno de cosas que no conozco, de rutinas, sistemas, códigos, precios, secciones, catálogos, materiales y colores. De objetos de lujo. Lleno de historias.
Como en la vida. Buenas y malas.
Amistad, solidaridad. El cigarro más rico, el que se prende después de 6 horas en la tienda. El llegar a la casa y sentirte feliz de llegar.
Pequeñas –soterradas- luchas territoriales. Compradores espías. Controles de volúmenes de venta (y sin comisión), evaluaciones permanentes.
Me encantaría contarlo. Con lujo de detalles. Pero estoy cansada, y me duelen mis pobrecitos piececitos.
Y tengo que lavar ropa. La acumulación ya es indigna.
Y leer un libro para un trabajo de la escuela.
Y comer algo. El problema es que puse una pizza al horno y se me olvidó, y ahora está carbonizada en el basurero.

Y depilarme. Parezco la novia de King Kong.
Y comprar cigarros.
Y mañana trabajo…

4 Comments:

Blogger Polilla said...

Amigui: cuál es tu horario de trabajo? En qué momento vas a clases? digo, para saber a qué hora llamarte, ya sea al móvil o a casa, mira que el plan telefónico no lo contraté por las puras... Está decidido. Tu mail y estos últimos blogs me han hecho tomar la decisión. ¿Tú crees que en febrero quieran contratar a otra chilena simpática, inteligente, estudiosa, buena presencia y que más encima estudió en el mismo colegio de "pinches monjas cartuchonas de la sister Consoleitor", como dice un amigo mío por ahí????
xxx

1:57 a. m.  
Blogger Roberto Arancibia said...

Vero Vero Vero, qué buena onda.
No sabes como he disfrutado tu post. Además entre "Y tengo que lavar ropa" hasta "Y mañana trabajo…" me he reido de buena gana, de puro gusto.
Capaz que te vea luego en la Hola fotografiada por un paparazzi saliendo con un pijo por ahí. Y hasta que no averigues bien sus gustos, no te depiles, hay algunos excéntricos.
;-)

2:54 a. m.  
Blogger Vero said...

Niña: trabajo de lunes a sábado de 10 a 4, y el primer domingo del mes, y clases tengo todos los días menos los viernes, de19 a 22hrs aprox… pero comprenderás que eso no significa que todas las otras horas las pase en mi casita, así que ¡suerte cuando me llames! (jeje, ahora verás lo que s siente). En cuanto al mail, ¡contéstamelo!
Y en cuanto a Febrero… si no es en Pijilandia, te aseguro que curro encuentras fácil donde sea, más con tu currículo… así que está dicho, ya nos veremos y apachurraremos, aunque ni te sueñes con que pago el piso, que por más que trabaje tengo menos platita que nunca!!! (El presupuesto “vida feliz en Madrid” ha fenecido. R.I.P. Ahora soy yo, solita, contra la jungla de cemento).
Y Roberto:
:)

En todo caso, y valga la redundancia, NO HAY CASO. los pijos no son lo mío. Me lo dijo el otro día mi amigo Timón, "tú eres igual que mi novia. Mientras más bohemios y guarros, más te ponen" (o algo así, pero no era mucho más elegante). además, ya pasó mi cuarto de hora, si no salí en una foto en el diario ni me agencié un billetudo cuando trabajaba en Social Life (sí, sí, en el mismísimo planeta Mercurio, el amado periódico de "todos" los chilenos), menos ahora...

4:49 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No sé, no sé, Vero. Yo conocí a un conde de rancia estirpe por internés... esas cosas pasan. Y es de verdad, que luego me entretuve en buscar su genealogía por la Red... y no digo más porque sigue siendo amigo mío, :-) ¿a cuento de que viene? Pues a lo que dices de que se te pasó el momento de conocer a un pijo, jajaja. Mira que los hay por cualquier esquina, ;-P

B.

2:38 p. m.  

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