sábado, 4 de diciembre de 2004

Come y calla

Resulta que las cosas se estaban calmando bastante en el trabajo. Después de un periodo medio turbulento, de peleas y choques varios habíamos alcanzado la ansiada armonía, una cosa cercana a la amistad, ya por sobre el trato cordial, por lo que resultaba casi agradable ir a trabajar. Sobre todo a cierta hora en que entraba poca gente, y que entreteníamos con guiños cómplices de “voy al baño, cúbreme (o sea, a comer algo, a fumarme un cigarrito, a sentarme un rato)” y conversaciones realizadas estratégicamente en los puntos muertos de las cámaras.

Por otra parte fue también un mes de despedidas. Primero Félix, que encontró otro trabajo, lo que trajo como resultado el ascenso de Domitila a las cumbres de la jefatura máxima de esa sucursal y el de Vito como segundo a bordo, algo que en un principio me pareció tenebroso. Luego tuve que admitir que me había equivocado un poco con Vito, que se reveló como jefe top, aperrado por su gente, motivador y mesurado (mi amada jefecita siguió más o menos igual que siempre, por lo que la cosa no estaba muy novedosa por esos lados). Después se fue Maté, la dominicana despampanante que sólo llevaba 3 días, aunque ya de entrada le habían dicho que iba destinada a la tienda de Retiro. Días mas tarde nos juntamos a cenar, me contó que en Retiro las cosas eran un asco, yo le hablé de mis dramas novelescos con Domitila y decidimos que la vida era una putada.


Hace 4 días le tocó traslado a Marco, el argentino que se supo hacer indispensable en dos semanas de “convivencia” con su encanto dosificado. Se fue triste, sin ganas, sin entender la autoridad cerrada de la orden. Sin saber cómo tragarse sus preferencias, qué hacer con sus deseos, con el rincón de la tienda que más le gustaba, con los ratos de risa con sus amigos.

Y yo que todavía no entiendo nada. Que llegué hoy como todos los días por la mañana, me metí al bar que está al lado y compré mi desayuno de todos los días. Que entré a la tienda, me cambié, salí a fichar y ya no supe más qué estaba pasando.
- Te tienes que ir a la tienda madre- me dijo Domitila nada más al salir de cambiarme-. Allá están a tope, me dejaron un papel para que te avisara.
- ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?
- Ahora.


Y luego todo fue rápido, rapidísimo, llegar, entrar, la tienda gigante, la locura, las miles de cosas que en mi sucursal no habían, un tour rapidito y pasar derecho a la caja, ya sin parar. Sin jugar a hacerle muecas a las murallas o doblar bolsas con parsimonia, pasear en círculos y ejercitar la lengua con el del lado. porque aquí no hay ratos menos moviditos y ratos mas moviditos, son todos terremoto. Sólo clic, aceptar, cobrar y colas y colas de gente con necesidad evidente de espíritu navideño y expresiones de pocos amigos…

Y a mí nadie me preguntó, a nadie le importó nada, no hay bolsa o recipiente donde poner la conversación que dejé pendiente con Rita, el placer de masticar su sandwish en el baño, mis conocimientos ya casi exactos de la ubicación de todos los bolsos o las caras de los clientes que ya se iban haciendo conocidos.

He empezado tantas cosas, tantas veces de cero, que ya no quiero más. En menos de 1 año -sólo por no marear con mis estragos anteriores a la hora de elegir carrera, mantener relaciones sentimentales estables o quedarme instalada en una misma casa un tiempo razonable-
cerré una vida, regalé todo lo que no me traje, le puse pausa a 8 años de maternidad, agarré un avión poseída por una fobia asquerosa y me instalé a vivir con un desconocido. Me metí a un master, conocí gente, me encariñé y la mitad fue desapareciendo del horizonte. Me puse a trabajar, casi morí de angustia de principiante, fui familiarizándome cada día un poquito más con todo hasta llegar a cerrar los ojos y ver ver cada esquina de la tienda. Me acostumbré al olor, a la rutina, a la gente, me encariñé con mis compañeros y me fui. Y ahora es como si todo volviera a ser nuevo, no sé dónde están las cosas, no conozco ningún pedacito de vida de las chicas que trabajan al lado mío, no sé cuál es antipática y a cuál pedirle ayuda, no me gusta el baño y está lejos, no puedo fumar más, no me sé la mayoría de los códigos y soy un desastre en la caja (por alguna razón extraña a Domitila como que le apestaba que nos acercáramos mucho por esos lados y nos mandaba siempre a hacer otra cosa a Rita y a mi. Yo lo encontraba de lo más entretenido y alegaba. Hoy odié a la puta caja con todas mis ganas).

No quiero otra página en blanco. No por ahora. Pero ya lo decía yo, no hay derecho a pataleo.
Come y calla, como decía mi mamá cuando yo era chica y le preguntaba acerca del contenido -por lo general de un verde sospechosamente verdureico- de mi plato.
Profecía autocumplida.



12 Comments:

Blogger Barro said...

Y bueno, como diría una tía mía. Espérese mijita a llegar al postre antes de alegar por tanto cambio de platos.

Y a la postre está decir que el que te manden a la nave nodriza puede ser visto como un mini ascenso.

Y que sigo atento aquí a los vericuetos de tu vida madrileña, aunque estallen 5 bombas en la ciudad y tu de eso digas nada.

12:51 p. m.  
Blogger Vero said...

Para qué voy a hablar de las bombas, si lo cuentan tan bonito mis coleguitas con trabajo...
Y sí, en términos generales el cambio puede considerarse un mini ascenso, de hecho casi todos piden trabajar ahi, las comisiones por tienda son más altas y se está cerca de los centros de poder (al lado, de hecho, pero esa es de las partes que a mi no me gustan... y además extraño a mi Rita querida, las arrancadas al almacén, la tranquilidad que alcanzamos con tanto esfuerzo y todas las otras cosas que cuento. Las quiero muuuuucho, las quiero ahora... aunque en el fondo (aún sin comenzar el proceso de emergencia a la superficie) sé que a la larga es para mejor, que me voy a encariñar con mis nuevas compañeras y que, después de todo, salir del trabajo y estar a los 4 minutos en tu casa es una delicia.

3:08 p. m.  
Blogger Polilla said...

SandwiSh??? Ahora comes SandwiSSSSh?????
Anyway.... como se acostumbra a decir por estos lados hoy por hoy, no sólo es "Come y calla" sino que "Es lo que hay". Pero me gusta tu tono y saberte mirando la copa a medio llenar y no media vacía.
¿Viste por qué tengo susto???????? Aunque tratemos de nos ser materialistas ni de amarrarnos a lazos, es tan difícil a veces dar el primer paso!! Sobre todo si la piscina tiene el agua fría y metes la punta del dedo gordo y haces bbbbrrrrrr!!!!!!!!! Pero después de un rato nadando lo disfrutas a concho, o no? Ánimo y felicitaciones por el ascenso, pues comparto con Barro que es lo que va implícito.
Y responde los sms que te mando, desgraciada, que casi se me sale el alma cuando veo lo de las bombas.
xxx

7:59 p. m.  
Blogger isabelicity said...

Yo pienso lo mismo que Barro: es una señal de algo, ya sea que te creen capacitada para algo más difícil o que quieren tenerte el ojo encima.
Eso si hay un beneficio que olvidaste: queda mas cerca de tu casa.
Un abrazo amiga, y dele no más, que uno nunca sabe las vueltas de la vida

8:14 a. m.  
Blogger Elisa de Cremona said...

Puede ser, sí, claro que puede ser... eso de que te manden a la "nave nodriza" puede ser una especie de ascenso.... o sea, vaya allá porque ud. es útil...
Pero es que además son estas fechas que vuelven loca a la gente y salen todos con cara de velocidad y un turro de billetitos y tarjetas mágicas a comprar lo que sea para quién sea...
un beso

4:03 p. m.  
Blogger Roberto Arancibia said...

Sí que es un ascenso, si fueras la reina de las pernas no te mandan.
Y ya conocerás quienes son los que trabajan a tu lado, es como cuando nos cambiaban de colegio y uno "se hacía amigo" de alguno. Capaz que aparezca un galán que le de el toque de Eros a este blog y que será algo así como "De patitas dobles por Madrid". Y comenzará por pedirte un consejo para regalar "algo especial a alguien especial... como tú" y ella, sonrojada lo llevará al fondo de la tienda, donde están los specials.

2:14 a. m.  
Blogger Vero said...

Jajaja... al fondo de la tienda están las rebajas...
Y ese es precisamente el problema estimado Roberto, que el 99% de los chicos que entra a la tienda va buscando un regalo para su "alguien especial". Y te sonríen y coquetean mientras te piden ayuda para decidir el regalo de la novia... bastante poco especial, qué quieres que te diga.
saludillos, ya me doy unas vueltecitas x tu casa"!

2:34 p. m.  
Blogger Alvaro said...

Come y Calla

Algo no está bien

Pero no está en nos arreglarlo

Chuta oh

12:42 a. m.  
Blogger CCGA said...

que loco. tengo una amiga que vive en Madrid, no me escribe hace tiempo y el mail de contacto ya no es el que tengo.

10:18 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Todos tus amigos estan de acuerdo en que el cambio de tienda fue un ascenso y que traerá beneficios varios, lo que encuentro insólito es que no hayas escrito nada de las bombas, con eso me di cuenta que no afectó para nada tu diario vivir. Veo que la pega de periodista está escaza en todas partes. Me encanto tu blog, seguro te sigo leyendo saludos clau

3:16 a. m.  
Blogger Cpunto said...

Al come y calla, seguro agregarás un "lo comido y lo bailado..." porque casi siempre uno termina acostumbrándose a todo, y a todos,

igual suerte, aparecerán otras Ritas o Ritos...

1:41 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

tengo que decir que la palabra correcta - en espanol iberico y de rebote, canario- seria Sanguis ( la s se puede alargar todo lo que de el pulmon).
Vero, entretenidas tus historias, sigue adelante! aunque sabemos que nos es facil ser sudaca inmigrante, pero mas chungo lo tienen los africanos.
un abrazo desde la republica - o pueblecillo- de Nunoa,
Zsole

3:05 p. m.  

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